Coles de Bruselas


Aunque las coles de Bruselas están disponibles el año entero, la oferta es mayor en los meses de otoño e invierno, desde octubre hasta diciembre.


Caracteristicas
-Forma: las coles de Bruselas son las yemas a modo de pequeños repollos que se forman a lo largo del tronco de la planta del mismo nombre. Los repollitos están constituidos por un tallo corto y engrosado, que sostiene numerosas hojas pecioladas dispuestas una sobre otra, donde las hojas exteriores cubren y protegen la yema terminal y las hojas más jóvenes. La forma del repollito es ovalada y las hojas lisas.
-Tamaño y peso:miden entre 2 y 5 centímetros de diámetro.
-Color: su color es verde, aunque también puede ser rojo o morado.
-Sabor: poseen un sabor intenso; con un marcado gusto acre o amargo característico y un ligero toque dulzón.

Como elegirlas y conservarlas
Se han de seleccionar los repollitos de color verde intenso y brillante, compactos, redondos y con las cabezas lisas, bien apretadas y pesadas para su tamaño. La zona del tallo debe estar limpia y ha de ser de color blanco.

Por lo general, las coles de Bruselas se venden empaquetadas y desprovistas del tallo. Su alto precio se compensa por el ahorro de tiempo de preparación y los escasos desperdicios que originan.

En casa, los repollitos se conservan en el frigorífico una semana, mejor sin lavar y dentro de una bolsa de plástico perforada. También se pueden congelar enteros, escaldadas con anterioridad durante tres o cinco minutos y se conservan así durante un año.

Composición por 100 gramos de porción comestible
Energía (Kcal) 35,7
Agua (ml) 85
Hidratos carbono (g) 4,1
Fibra (g) 3
Potasio (mg) 375
Magnesio (mg) 19
Yodo (mcg) 10
Zinc (mg) 0,7
Vitamina C (mg) 100
Folatos (mcg) 90
Vitamina A (mcg de Eq. de retinol) 13
Vitamina E (mg) 0,9
Vitamina B3 (mg) 0,9

mcg = microgramos (millonésima parte de un gramo)

Propiedades nutritivas
Estas verduras son las que más calorías aportan de su género, a expensas de su mayor contenido en hidratos de carbono y proteínas (de bajo valor biológico). Comparten con el resto de verduras su elevada proporción de agua.

Constituyen la mayor fuente de vitamina C respecto de las verduras de su misma familia. Son una fuente interesante de folatos, y, en menor proporción, de beta-caroteno y vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B6). Entre los minerales destaca la presencia de potasio, fósforo y yodo, así como cantidades discretas de zinc, calcio (de pobre absorción), magnesio y sodio.

El contenido de fibra insoluble es elevado, lo que favorece la sensación de saciedad y el tránsito intestinal, con lo que mejora el estreñimiento. Las coles son ricas en ácido cítrico, que potencia la acción beneficiosa de la vitamina C.

Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico. La vitamina C es reconocida por su acción antioxidante, colabora en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos, además de favorecer la resistencia a las infecciones y la absorción de ciertos nutrientes de los alimentos (hierro, ácido fólico y ciertos aminoácidos).

El potasio participa en la transmisión y generación del impulso nervioso, en el funcionamiento de la actividad muscular normal, así como en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos. Forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.

El yodo es un mineral indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides. Ésta produce las hormonas tiroideas, que intervienen en numerosas funciones metabólicas como el mantenimiento de la temperatura y del metabolismo corporal. Asimismo, el yodo es esencial en el crecimiento del feto y en el desarrollo de su cerebro.

Al igual que otras verduras del mismo género, su consumo habitual está justificado por su contenido en fitoquímicos (glucosinolatos, isotiocianatos e indoles). Éstos contribuyen a la prevención de algunas enfermedades degenerativas y a estimular el sistema inmunológico. Muchos de estos compuestos azufrados (dimetilsulfuro, trimetilsulfuro... ) son responsables del fuerte aroma que desprende esta verdura durante su cocción. El sabor amargo de las coles de Bruselas se debe a su contenido en goitrina.
 
El sabor pronunciado de estas verduras hace que mucha gente no acostumbre a incluirlas en su dieta habitual, a pesar de sus probados beneficios para la salud.


Prevención de enfermedades
Las coles de Bruselas contribuyen a la prevención de enfermedades degenerativas, cardiovasculares y de cáncer. Ayudan al buen funcionamiento del sistema inmunológico porque se han aislado en su composición antioxidantes como la vitamina C, el beta-caroteno y los derivados sulfurados.

Los antioxidantes bloquean el efecto dañino de los denominados "radicales libres". La respiración en presencia de oxígeno es esencial en la vida celular de nuestro organismo, pero como consecuencia de la misma se producen unas moléculas, los radicales libres, que ocasionan a lo largo de la vida efectos negativos para la salud a través de su capacidad de alterar el ADN (los genes), las proteínas y los lípidos o grasas. En nuestro cuerpo existen células que se renuevan de forma continua (de la piel, del intestino... ) y otras que no (células del hígado... ). Con los años, los radicales libres aumentan el riesgo de alteraciones genéticas sobre las primeras, lo que favorece el desarrollo de cáncer, o bien reducen la funcionalidad de las segundas, característico del proceso de envejecimiento.

Existen situaciones que aumentan la producción de radicales libres, entre ellas el ejercicio físico intenso, la contaminación ambiental, el tabaquismo, las infecciones, el estrés, dietas ricas en grasas y la sobre exposición al sol. Por otra parte, el valor de los antioxidantes en la prevención de enfermedades cardiovasculares está comprobada. Se sabe que es la modificación del llamado "mal colesterol" (LDL-c) la que desempeña un papel fundamental en el inicio y desarrollo de la aterosclerosis. Los antioxidantes bloquean los radicales libres que modifican el llamado mal colesterol y contribuyen a reducir el riesgo cardiovascular y cerebrovascular. Por otro lado, bajos niveles de antioxidantes constituyen un factor de riesgo para ciertos tipos de cáncer y de enfermedades degenerativas.

Según estudios recientes, a las coles de Bruselas en particular se las relaciona con la prevención de diversos tipos de cáncer (pulmón, próstata, mama, estómago, hígado y colon) por la acción del alil isotiocianato, derivado del sinigrin (glucosinolato), un fitoquímico que actúa inhibiendo el desarrollo de las células precancerosas.

Mujeres embarazadas y niños
Por su excelente contenido de folatos, estas verduras son muy apropiadas para la dieta de la mujer embarazada. La deficiencia de esta vitamina durante las primeras semanas de gestación se relaciona con un mayor riesgo de defectos del tubo neural, como la espina bífida o la anencefalia en el futuro bebé.

Por otra parte, los anticonceptivos orales reducen la disponibilidad del folato, por lo que las mujeres que los toman deben revisar el aporte dietético de esta vitamina.

Los requerimientos de esta vitamina son superiores en los niños. Por ello, la presencia habitual de verduras en su dieta habitual ayuda a prevenir deficiencias.

Anemias
La falta de hierro o de ácido fólico se relaciona con anemia ferropénica y megaloblástica, respectivamente. En las coles de Bruselas destacan estos nutrientes, lo que hace que sean adecuadas para incluirlas en caso de anemias. Hay que tener en cuenta que los folatos son sensibles al calor, por lo que en la cocción de esta verdura se pierde una cantidad importante de este nutriente. El hierro de los vegetales (hierro no hemo) se aprovecha peor que el que procede de los alimentos de origen animal, si bien la vitamina C favorece la absorción de este hierro, por lo que se puede acompañar el menú de alimentos ricos en esta vitamina como cítricos, kiwi, frutas tropicales, tomate, pimiento, etc.

Exceso de peso
Gracias a su alto contenido en agua y a su escaso contenido energético, las coles de Bruselas son alimentos muy útiles en las dietas de control de peso, eso sí, sus calorías varían según el método de cocción y los aliños. Por su contenido en fibra da sensación de saciedad y reduce el apetito, algo interesante en estos casos.

Regula la función intestinal
Los repollitos son una de las verduras con mayor contenido en fibra. Por eso, su consumo tiene efecto laxante, lo que previene o mejora el estreñimiento. Además, la fibra ejerce notables funciones fisiológicas. Contribuye a reducir las tasas de colesterol en sangre y al buen control de la glucemia en las personas que tienen diabetes.

Flatulencia
La composición de tan singular verdura se relaciona con efectos beneficiosos para la salud, si bien su consumo puede estar desaconsejado para quienes sufren trastornos digestivos. La fibra insoluble y los compuestos de azufre que contienen son los responsables de la flatulencia y la dificultad para digerir que experimentan ciertas personas tras su consumo. La combinación de las coles de Bruselas con hierbas carminativas (hinojo, comino... ) o una infusión digestiva después de comer (manzanilla, anís verde, menta-poleo, hierbabuena) puede servir de ayuda para combatir los gases.

En crudo, estos vegetales tienen un alto contenido en compuestos de azufre que pueden irritar el tejido renal, por lo que se recomienda que personas con problemas renales se abstengan de consumirlas de esta forma.

Diurético y depurativo
La acción diurética de las coles de Bruselas atiende a su elevado contenido en agua y en potasio y al bajo aporte de sodio. Por tanto, el consumo de esta verdura favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo y resulta beneficioso en caso de hipertensión, retención de líquidos y oliguria (producción escasa de orina).

El aumento de la producción de orina permite eliminar, además de líquidos, sustancias de desecho disueltas en ella como ácido úrico, urea, etc. Por ello conviene también a quienes tienen hiperuricemia y gota y a las personas con tendencia a formar cálculos renales.

Alteraciones de la glándula tiroides
En general, las crucíferas contienen compuestos bociógenos (glucosinolatos), responsables de su ligero sabor picante y de su aroma. Estos elementos tienen la capacidad de bloquear la absorción y utilización del yodo, con lo que se frena así la actividad de la glándula tiroides. La goitrina (sustancia amarga) se forma en grandes cantidades a partir de la progoitrina (70-110 mg/Kg). Aunque es poco probable que esta sustancia antitiroidea contenida en las coles de Bruselas llegue a producir bocio -se han de tomar grandes cantidades de estas verduras acompañadas de un aporte bajo de yodo-, como medida de precaución se recomienda evitar el consumo habitual de las verduras del mismo género (col o repollo, coliflor, coles de Bruselas) en caso de hipotiroidismo.

Curiosamente, las coles de Bruselas se identifican como una de las verduras de mayor contenido en yodo, oligoelemento esencial para el buen funcionamiento de la glándula tiroides.

Cómo prepararlas

A diferencia de otras verduras, los repollitos siempre se consumen cocinados para que resulten digeribles, dado su elevado contenido en celulosa.

Los hervidos de coles de Bruselas son sencillos de preparar, sabrosos y muy nutritivos. También se pueden cocinar al vapor y concentrar así más nutrientes. Pueden constituir un primer plato o servir de acompañamiento de otras verduras y hortalizas (zanahoria, patata, judías verdes... ) e incluso de legumbres frescas como los guisantes y las habas frescas. Así forman un plato más parecido a una menestra de verduras.

Rehogadas con ajo, cebolla u otras hierbas aromáticas constituyen una estupenda guarnición para los platos de carne o pescado azul. Y una vez cocidas y frías, los repollitos más pequeños se pueden probar mezclados con otros ingredientes en ensalada.

La clave para cocinar esta verdura consiste en no cocerlas demasiado, algo que se puede aplicar también al resto de verduras. Como regla, cuando la col de Bruselas ha perdido su color verde brillante significa que se ha cocido demasiado y que ha mermado su valor nutritivo. Según el tamaño, el tiempo de cocción no debe exceder de siete a diez minutos, tanto si se cocinan al vapor, hervidas o sofritas. Si los repollitos tienen similar tamaño se cocinan al mismo tiempo. Por esta razón se recomienda partir en dos los ejemplares grandes.

Las hojas se cuecen más rápido que el centro. Si se hace un corte en forma de cruz en la parte inferior del vástago (tallo) de cada col de Bruselas para cocinarlas enteras, se cocinarán a la vez por dentro y fuera.

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