Arandano


ORIGEN Y VARIEDADES




Estas frutas son oriundas de Asia y Europa y se pueden ver en estado silvestre en márgenes de caminos o torrenteras. Crecen en terrenos húmedos y en algunos casos, como el pacharán, se pueden encontrar a 1.500 metros de altitud. Maduran durante los meses de verano y otoño. Actualmente, se cultivan especies con fines comerciales, por lo que es fácil encontrarlas en mercados especializados. El arándano que se consume en España procede básicamente de Australia, Chile, Holanda e Italia, pero cada vez toman mayor relevancia los que proceden de Huelva y Asturias.



Variedades más destacables:





Arándanos negros o americanos: (V. corymbosum L.). Son frutos de color negro azulado y de un tamaño superior respecto al arándano común (6,5-12,5 milímetros de diámetro) y son los más ricos en vitamina C. Proliferan en los arbustos que crecen sobre suelos ácidos, en terrenos altos. Se trata de una especie que era tan abundante en el norte de Europa que no resultaba rentable cultivarlos comercialmente. Actualmente, su número ha disminuido y por eso es posible comprar bayas cultivadas que doblan el tamaño de las silvestres, pero con un sabor muy atenuado.



Arándanos rojos o agrios: (V. oxycoccus L.). Fueron muy populares en Europa, pero con la distribución comercial de las grosellas rojas, cayó en picado su demanda. Actualmente, se cultivan en Holanda, Polonia, norte de Inglaterra y Escocia. Necesitan cocinarse para realzar su sabor. Son frutos más agrios que los de color azul. Contienen más sustancias acidificantes de la orina, por lo que resultan recomendables para combatir infecciones urinarias y digestivas.



Aunque en los mercados hay infinidad de variedades de este fruto, se pueden reseñar como las más comercializadas en España las siguientes:Early Blacks, Highbuss, Bluetta, Ivanhoe, Rabiteis, Blue crop, Blueray. Es una planta de interés ecológico, no sólo por sus frutos sino porque además protege el suelo de los bosques de la erosión y contribuye a la formación de humus.



SU MEJOR ÉPOCA



Está disponible desde el mes de junio hasta diciembre. Una vez recolectado, se conserva durante 4 ó 5 semanas teniendo en cuenta sus necesidades de humedad y temperatura.



CARACTERÍSTICAS



Forma: el fruto es una baya esférica, redonda u oval.



Tamaño: su tamaño es parecido al de una aceituna, de entre 7 y 12 milímetros de diámetro.



Color: su color es negro cuando alcanza la plena madurez o rojo, según la variedad. Aparece cubierto por un polvillo azulado o una película resistente más o menos brillante.



Sabor: la piel es tersa y su pulpa jugosa y aromática de sabor agridulce.





CÓMO ELEGIRLOS Y CONSERVARLOS





Al elegir este tipo de frutas es conveniente fijarse en su color, ha de ser brillante e intenso. Deben encontrarse firmes al tacto y secas, ya que las blandas y húmedas se estropean antes. Se suelen deteriorar por deshidratación, rajado de los pequeños granos que las forman o enmohecimiento.





Normalmente el aroma acompaña al aspecto del alimento y suelen ser frutas muy perfumadas.





No se deben adquirir los frutos que no estén maduros pensando que ya madurarán en casa, ya que esto no sucederá. Tampoco es conveniente adquirirlos demasiado maduros ya que pierden su jugo.







Composición por 100 gramos de porción comestible

Calorías (Kcal) 30,1





Hidratos de carbono (g) 6,9





Fibra (g) 1,8





Potasio (mg) 88





Magnesio (mg) 0,5





Provitamina A (mcg) 12





Vitamina C (mg) 17





Vitamina E (mg) 5





mcg = microgramos





PROPIEDADES NUTRITIVAS





Estas frutas son de bajo valor calórico por su escaso aporte de hidratos de carbono. Son especialmente ricas en vitamina C las grosellas negras y las rojas, que tienen cantidades mayores que algunos cítricos. En general, las bayas silvestres son buena fuente de fibra; que mejora el tránsito intestinal, y de potasio, hierro y calcio (estos dos últimos de peor aprovechamiento que los procedentes de alimentos de origen animal), taninos de acción astringente y de diversos ácidos orgánicos. Sin embargo, lo que en realidad caracteriza a estas frutas es su abundancia de pigmentos naturales (antocianos y carotenoides) de acción antioxidante. En la alimentación humana, este tipo de frutas constituyen una de las fuentes más importantes de antocianos, que les confieren su color característico y que están junto con ácidos orgánicos tales como el ácido oxálico o el ácido málico, responsables también de su sabor. La vitamina C tiene acción antioxidante, al igual que los antocianos y carotenoides. Dicha vitamina interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

EN RELACIÓN CON LA SALUD








Los antocianos y carotenoides son abundantes en la composición de todas estas frutas del bosque. Desde el punto de vista bioquímico se caracterizan por poseer una elevada actividad antioxidante; neutralizan la acción de los radicales libres que son nocivos para el organismo. Estas propiedades pueden dar lugar a efectos fisiológicos muy diversos; efectos antiinflamatorios y acción antibacteriana de los antocianos, entre otros. Estas frutas contienen, además de los antocianos y carotenoides, otros antioxidantes como la vitamina C. La ingesta dietética de estas sustancias potencia nuestro sistema inmunológico o de defensas del organismo y contribuye a reducir el riesgo de enfermedades degenerativas, cardiovasculares e incluso del cáncer. Asimismo, la vitamina C tiene la capacidad de favorecer la absorción del hierro de los alimentos, por lo que mejora o previene la anemia ferropénica. Existen ciertas situaciones vitales en las que las necesidades orgánicas de vitamina C están aumentadas, como embarazo, lactancia, tabaquismo, empleo de ciertos medicamentos, estrés y defensas disminuidas, práctica deportiva intensa, cáncer, Sida y enfermedades inflamatorias crónicas. En dichas situaciones, el consumo de bayas silvestres ricas en vitamina C está especialmente indicado.



La fibra es un componente muy abundante en estas frutas, por lo que su consumo habitual durante los meses en los que abundan puede resultar un remedio para tratar el estreñimiento y la atonía intestinal.



Los frutos cuando aún están verdes, son ricos en taninos, que les confiere esa sensación de aspereza en el paladar y resultan astringentes y refrescantes, pero una vez alcanzan su completa madurez, los taninos disminuyen y las frutas adquieren propiedades laxantes, tónicas y depurativas.



Particularmente, los arándanos son ideales para combatir infecciones y para mejorar la circulación periférica. El jugo de arándanos de la variedad roja, ejerce una sorprendente acción antiséptica y antibiótica sobre los gérmenes causantes de las infecciones urinarias, especialmente sobre la Escherichia Coli. En caso de cistitis, se recomienda la toma de un vaso grande lleno de unos 300 mililitros de jugo fresco diario, durante uno a tres meses, como tratamiento y profilaxis.



Además, los arándanos contienen ácido quínico, sustancia que se elimina y acidifica la orina, de modo que evita que se formen cálculos o litiasis renal de fosfato cálcico, no de otro tipo de cálculos.

CÓMO PREPARARLOS








Su consumo como fruto fresco maduro se puede realizar acompañado de nata, helado o repostería. Se utiliza también para hacer zumos, mermeladas, jaleas, compotas, jarabes y es un magnífico relleno para tartas y pasteles. Se puede cocer lentamente con abundante azúcar y un poco de agua hasta que sus pieles exploten y adquieran un tono rubí. En la industria conservera tiene un papel muy importante como materia prima de mermeladas, de bebidas alcohólicas y sobre todo como colorante. El jugo de su pulpa se emplea en la preparación de salsas de cocina o como guarnición para carnes, especialmente de caza. Los arándanos negros y rojos se pueden secar como las pasas, pero pierden en gran parte su sabor durante el secado. El arándano rojo seco es mucho más dulce que el fresco y tiene un sabor que recuerda mucho a las manzanas. Pueden degustarse crudos o remojados en salsas y rellenos.

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